lunes, 21 de marzo de 2016

¡Dos meses!

Ya estoy de vuelta otra vez. Es curioso que eso mismo de lo que yo me quejaba cuando, como loca visitaba los blogs de Erasmus, me esté pasando a mí: Paso bastante de ponerme a echar horas para profundizar y hacer repaso de estos dos meses. No me da tiempo y cuando me da, lo dedico a otra cosa, es imposible llevar esto al día cada semana. Así pues, ¡voy a pasar a hacer un pequeño resumen de mi proceso de adaptación en Nijmegen!

Sigo flipando con Radboud Universiteit, en serio. Sin embargo, las asignaturas son muchísimo más teóricas que en mi universidad de origen, por lo que algunas se me hacen pesadas, pero por lo demás todo genial. Voy a proceder finalmente a apuntarme al gimnasio del campus, quizás si lo escribo por aquí me da más fuerza de voluntad y lo apunto como nuevo propósito para el mes de abril (ya que queda ná y menos para marzo, nos esperamos).

Ya soy totalmente consciente de que vivo lejillos de la civilización. Cada vez que salimos o queremos dirigirnos a algún lugar poblado, tengo que recorrer lo más grande en km. Pero bueno, lo tengo más o menos superado ya. Me cuesta trabajo sobre todo cuando tengo que gastarme los cuartos en autobús (es carito, sí) cada vez que quiero coger un tren y viajar más de dos o tres días fuera de casa. Esto se debe a que con la maleta (aunque es pequeña) no puedo ir en bici. Ya quisiera yo, pero creedme, es imposible está comprobado. Respecto a la bici, me encanta, es muy fea y está un poco ruinosa pero estoy viviendo tantas cosas con ella, que le he cogido cariño ya. Cuando pienso en que tendré que revenderla en verano me pongo triste.

Ya que estamos  hablando de distancias...estoy viajando taaaaaaaaaaaaaanto. ¡Qué pequeño es Europa y a la vez que grande! Holanda, Bélgica y Alemania están interconectadas y es muy fácil pegar un salto de un país a otro casi a diario. He pasado estos dos meses descubriendo estos tres países un poco más. Me ha enamorado Bruselas y los canales de Ámsterdam son bonitos hasta cuando nieva. Hay cientos de kilómetros de verde en los paisajes de Holanda y Alemania está tan cerca que hemos ido ya varias veces en bici. Estos primeros meses entre la adaptación y y la larga espera de la beca Erasmus (que nunca llegaba...si me tengo que poner a hablar de este tema quemeenciendeyhacequesemellevenlosdemonios...¡no acabo!)  han sido un poco confusos en cierta forma. Sin embargo, ahora puedo decir que ya estoy acostumbrada a esto señores, no ha sido fácil pero porrr fin lo conseguimos.
He de decir que no tengo me he terminado yo de hacer el cuerpo con la lluvia y los vientos huracanados. Mira que lo intento, que salgo de la residencia con mi gorro, mis manoplas, mi bufanda y mi chubasquero (nunca se sabe, nunca). En la mochila siempre llevo mi traje de lluvia chubasquero-patético-antimorbo y una funda de plástico para el sillín de la bici (se queda la manchita de agua en el culo y tarda en secarse). Además un par de paquetes de pañuelos y una botella de agua (llego sin respiración a veces a algunos sitios). Sin embargo, cuando le da por llover a este país no cesa nunca, nunca Dios mio. No es una lluvia que te eche para atrás, si uno va andando por la acera tan normal apenas se nota. Pero claro, como aquí todo está tan retiraillo, hay que ir en bici y ahí es cuando comienza mi odisea. Si ese día me echo rimel, acabo por parecer un panda cuanto menos (no exagero, me llega el rimel a las cejas), si corre un poquito más de viento, aquí que parece que la superficie es plana (no lo es, hay cuestas) el camino en línea recta durante 25 minutos se me hace muuuuy largo y doloroso. A estos pequeños detalles le tenemos que añadir la electricidad estática y las marquitas del gorro o la cinta de lana que se te quedan como 15 minutos después de habértelo quitado, con lo cual vas bella como una camella a clase. Y para terminar y no por ello menos importante, la sequedad. El uso de cremas para las manos y cacao no me ha parecido más importante en toda mi vida, tengo las manos más secas que una piedra pómez.

Aquí no hay lugar para el sex-appeal, señores. Quiero recalcar un pequeño episodio, de los cientos que me pasan diariamente:
Todo empezó un día en el que quise ir a revelar algunas fotillos para decorar mi cuarto con mi fiel compañera-lapa LauradeBroto (con esta mujer me ha pasado de todo). Íbamos suuper felices porque hacía sol (no cielo blanco, rayos de sol). Ese día decidí ponerme las Converse por fín, las botas me estaban haciendo vejigas. No sé por qué, también vi yo que no hacia mucha falta ponerme gorro, y que puesto que hacía sol, el pantalón patetiquillo-chubasquero lo iba a dejar en la mochila (nunca en casa, jamás). Pues bien, nos disponíamos a ir hacia nuestro destino, aún sin saber dónde estaba la tienda de fotos cuando a mi me da por decir que ese no es el camino y cojo ruta yo para adelante, solita. LauradeBroto, mi fiel compañera con sus buenos cojines me decía que el camino era otro...así pues nos separamos momentáneamente (íbamos pedaleando con las bicis). De repente, como si estuvieramos interpretando un capítulo de la Biblia, cayó el diluvio universal. Cuando digo de repente es así, sin chirmichi ni aviso previo. El diluvo son granizos a mala hostia, que pueden dejarte ciego fácilmente. Jamás había llovido así. No encontraba a LauradeBroto, la perdí. Trataba de sacar mi móvil y no encontraba asilo para poder resguardarme por lo que el móvil mojado no escribía ni me dejaba llamar. No me podía poner los pantalones patetiquillos-chubasquero porque no me entran muy fácilmente los zapatos y necesito ayuda (es patético, de ahí el nombre entre otras cosas también). Hubo un momento en el que no sabía si estaba llorando o era la propia lluvia pero en ese momento me salió una cana. Al momento, como un canto de ángel, oí a mi fiel compañera, que cómodamente con su pantalón sexy chubasquero estaba resguardada en un porche que yo (soy miope) no había visto ni aunque quisiera. Cuando finalmente llego a su encuentro y me pongo mi bolsa de basura...cesa la lluvia. No llovió en todo el camino de vuelta. Fatalidades de la vida, no le veo ninguna moraleja a esto, pero bueno, ahora me río.

Llevamos dos semanas sin atisbo de lluvia, el cielo blanco como siempre y los vientos selváticos pero bueno, al menos no llueve. Podría contar otro episodio divertido en el que el único día que nevaba y hacía un poquito de viento, nos dió a LauradeBroto y a mí por salir a pasear, pero no acabaríamos nunca. Con la bici hemos tenido episodios divertidos también: caídas después pre y post fiesta, desinflamiento de rueda en mitad de un camino perdido de la mano de dios totalmente de noche, entre Alemania y Holanda, pérdida momentánea de la bici (hay cientos y mi bici es gris, se camufla), etc. Pero sobre todo, la mayoría de los episodios nos han pasado andando. El último fue ir caminando desde la frontera con Bélgica y Holanda un día en que creíamos que el bus llegaba a Holanda y nos dejó 8 km antes. En fin, historias para no acabar.

Nunca pensé que fuera a echar de menos el buen tiempo ni las etiquetas en español de los productos en el supermercado (el holandés es chino, antes echaba tres horas con el traductor). Pero, finalmente, a todo se acostumbra uno y hasta le estoy cogiendo el gusto al vinito de dos euros y a la ausencia de hielos en cualquier bebida.
Esto también tiene sus cosas bonitas que echaré de menos, como por ejemplo la organización y la rápidez burocrática en asuntos académicos (lo que aquí hacen en un día, en mi universidad han echado tres semanas en devolverme un papel con tres firmas). También adoro las grandes ventanas que hacen que entre una luz y un sol (cuando sale) que llega a todos los rincones de mi habitación. Me gusta mucho también la sensación en la bici, me siento deportista, en paz y realizada. Es una experiencia agradable (hay veces que no, que se suda lo más grande).
Pero lo que más me encanta de todo, es el GROUP TICKET. Sí, es una de las maravillas y avances holandeses más guays del mundo. Se trata de un sistema mediante el cual puedes viajar en el mismo día, por 7 euros i/v a de un origen a un destino de Holanda. Esto equivale a 3,5€ en trayectos que pueden durar más de 2h. Una autentica pasada, me encanta. Lo único que hay que hacer es buscar una página en Facebook sobre el lugar de origen o destino al que quieres ir (yo tengo un grupo de los que vivimos en Nijmegen) y publicar el día en que quieras viajar. Casi en cuestión de horas, mucha gente responde a tu aviso e, incluso se crea un grupo entre 10 personas. Cuando se llega a ese número, alguien con una cuenta dutch hace el pago de los billetes y los demás le hacen una transferencia de 7 € por billete a esa persona. El truco de todo esto está en que un billete ordinario cuesta bastante (como costaría en España con descuento de carnet de estudiante) y si se hacen grupos de 10 personas sale tirado de precio. Así es como estamos conociendo Holanda, viajando cada fin de semana por ná y menos.

Estoy mejorando mis habilidades culinarias y financieras a pasos agigantados. Es muy necesario hacerse una tabla de Excel con los gastos e ingresos (que son menos), porque aquí si te descuidas, te puedes descontrolar bastante. Especialmente, los primeros meses, en los que tienes que amueblar una habitación y comprarte cosas tan básicas aquí como una bici. Pero ahora, todo va genial, ha pasado el lío del principio.

Y para terminar, decir que sigo conociendo mucha gente (menos que en la semana de orientación, aquello fue brutal) y que estoy haciendo buenas amistades con gente que no habla mi mismo idioma y que sé que cuando me vaya echaré de menos, me aportan cosas muy especiales y hacen que el inglés diario sea un poco más divertido y menos difícil a veces. Es inevitable juntarte con españoles cuando se da la ocasión, especialmente en mi caso en el que estoy con LauradeBroto día y noche, pero la mayoría de la veces,  se conoce mucha gente internacional que te obliga a hablar inglés.
Y eso es todo por el momento, no podría detallar y enumerar una a una las batallitas y experiencias de estos dos meses (me han pasado más cosas en este tiempo que en años en España), pero han sido muchas y la mayoría divertidas.

Espero mantener esto actualizado más asiduamente, lo voy a intentar. Tot ziens!
(PD: dejo fotos de algunos de los momentos para recordar)


 Momento Titanic en el Parlamento Europeo, Bruselas




 El río que tengo al lado de casa


 Antigua y romántica Brujas


 La Haya y su historia



Ámsterdam, las bicis y los canales

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